6/4/08

La Insoportable Odisea del Comunicador Desempleado (Parte 2)

"Han pasado muchos meses y por fin logré conseguir un trabajo decente - eso creía yo - en una entidad pública del Estado. Por fín podría demostrar mis virtudes, mi voluntad de aprender y crecer como profesional. El sueldo no es tan bueno, pero vale la pena. Mañana comienzo y estoy con los nervios naturales de empezar una nueva aventura laboral".

Juancito me contó su aventura hace muchos meses. Había buscado chamba por mucho tiempo y estaba feliz. tenía planes de ahorrar y por fín demostrar su capacidad, pues es un gran profesional.

"Me sentí engañado y también decepcionado, sabía que el sistema era corrupto, pero no tanto. Vaya sorpresa la que me encontré. Sentado en mi oficina, sin mucho qué hacer, observo a los que me rodean: burócratas escondidos firmando y sellando cantidades industriales de papel, secretarias limándose las uñas y descargando la última versión del Messenger BETA, Directores y Jefes preocupados por la operatividad insuficiente de los procesos administrativos y practicantes sudando la gota gorda, sacando copias y comprando el café de sus superiores. En fín, muchas cosas más que si continúo, no terminaré jamás.

Entonces, triste y aburrido me puse a recordar todas las injusticias y me di cuenta de la realidad. Así es la vida, así es el sistema, me decían siempre, pero no quería aceptarlo; sin embargo estoy aprendiendo a convencerme que tienen razón".
"Todo empezó con mi primer sueldo. Presenté mi recibo por honorarios (Claro, así se contrata en el Estado, a pesar que él mismo exige la inclusión en planilla a los privados), y al fin de mes no pude cantar, ni ir al chifa, ni al spa; sólo me quedé en casa viendo videos con mi novia, renegando por mi suerte y como siempre, haciendo hígado por mi situación".

Reclamé, grité, lloré y mi sueldo no llegaba, era todo un proceso que el contador de la empresa, gordito bonachón y gracioso, tuvo la gentileza de explicar: "Es que demora el proceso, primero tu recibo y tu informe pasa a Administración donde es firmado por la jefa, quien si tiene ganas lo atiende, ya que para ella los locadores son la última rueda del coche; luego de eso, tu papel pasa al área de Logística donde lo aprueban; de inmediato pasa al área de Finanzas donde elaboran la carta para que el Presidente del Directorio, que viene una vez a la semana lo firme y lo sellé, si es que se acuerda; a continuación tu papel vuelve a pasar a finanzas para que lleven la carta que es nuevamente aprobada por Administración y llevada al banco y así lo depositen a tu cuenta. Todo esto ya lo habíamos hecho, pero nos equivocamos con un dígito al momento de tipear tu cuenta, por ello es que tenemos que volver a hacerlo. No te preocupes que en dos semanas te depositaremos".

"Obviamente, cuando el amigo contador terminó su relato yo ya estaba en mi hora de refrigerio con el menú a crédito que la tía de la Cafetería me había dado gentilmente. Estaba lleno de colera; pero ¿qué me quedaba?. Envidiaba a los de planilla con sus sueldos al día, vacaciones pagadas, dos gratificaciónes al año e incentivos diversos. Sí, quizá ese sería mi objetivo, ingresar a la planilla y asegurar mi vida. Qué emoción, podría acceder gracias a mis estudios y mi experiencia como comunicador. Lo intentaré".

"Preparé mi Curriculum, pues lo pedían documentado - Por Dios, todo es papeles y más papeles - lo puse en un sobre de manila y lo presenté lleno de ganas de crecer. Estaba seguro de que lo lograría. Eran sólo 3 fases que podría pasar sin problema, porque estaba bien capacitado. Esperé y al pasar los días me desaprobaron, pues, según ellos, mi Curriculum no cumplía los requisitos: 2 años de experiencia en labores relacionadas al puesto. Trabajo desde los 18 años, tengo 27 años, ¡no lo entiendo!".

"Otra vez me molesté, renegué, pateé, pero nadie me hizo caso. Cuando reclamé, mis superiores dijeron que la experiencia se cuenta a partir del Título Universitario. Vaya, osea que lo que hice antes no vale nada. Qué pena, ya me estaba despidiendo de mis recibos por honorarios, de mis informes, de los procesos administrativos, de mis navidades sin premios ni incentivos, del maltrato de los huachafos que por ser nombrados se creen los reyes del país..."

"Grande fue mi sorpresa, cuando la única que pasó el proceso fue una linda mujer, de mirada matadora, cuerpo de sirena y caminar coqueto que bajo su amistad "sincera" con el presidente del Directorio, logró su cometido. Con la experiencia de haber sido la recepcionista de la empresa, y haber seguido un cursillo de 2 meses en Redacción Periodística amparada en un título obtenido en Azángaro, el Imperio de la Falsificación, pudo obtener el premio con la única virtud de su cruce de piernas. Dorita, así se llamaba, obtuvo el tan ansiado puesto en planilla. 5 mil soles al mes y grandes incentivos".

"Hoy Dorita está en mi oficina. La veo y está feliz. Aseguró su vida con el sueldazo y el favor del Presidente del Directorio. Su trabajo es divertido, pues lo que hace, tiene que pasar por el control de calidad de mi revisión y de ahí el jefe lo publica. Gracias Dorita, contigo sigo aprendiendo que soy un buen profesional, pero que no soy valorado como se debe. Ese es mi Perú"

"Ya mucha vaina, quiero irme de ahí, ya estoy buscando chamba, he tenido un par de entrevistas y espero me puedan volver a llamar. Por mientras sigo aquí trabajando para el Estado, con mi sueldo atrasado, peleando con la administradora, corrigiendo los errores garrafales de Dorita y con mi deuda gigante de Cafetería"

Pobre Juancito, su odisea continúa, está a punto de conseguir un mejor trabajo, ojalá que la suerte esta vez sí le sonría, y su capacidad sea valorada y crezca como profesional. Mientras tanto ¡ánimos Juan!, ¡vales mucho, no decaigas!. El sistema no sabe lo que se pierde.