No me gusta hablar de fútbol, pero en esta ocasión es necesario. No hablaré como un comentarista, de esquemas tácticos ni funciones estratégicas; simplemente escribiré como un ciudadano peruano, como un comunicador observador de la realidad latente. Esa realidad que muchos no quieren aceptar, pues el Deporte Rey, pasión de multitudes, hace que el público aliente, apoye y exhalte a su selección, a pesar que ésta no corresponda con su desempeño.
Desde que tengo 4 años, no veo a Perú en un mundial, es más, no recuerdo bien esos partidos en España 82. Mis padres me cuentan de Cachito Ramirez, de Roberto Chale, del Cholo Sotil y algunos más, que hicieron hazaña del fútbol peruano y lo llevaron a lo más alto. Yo sólo recuerdo a los que vinieron después, y veo con extrañeza aquellas repeticiones y aniversarios de esa clasificación al mundial de México 70, los goles de Cubillas, las "glorias" de la U y Alianza Lima, etc. Claro, de eso vivimos, del pasado.
La prensa deportiva en su, dígamos, fiebre motivacional, no le queda otra que vivir de los recuerdos y los logros insignificantes. ¿Mediocridad? tal vez, ¿Buena voluntad?, no creo, ¿Ganas de imponer a la fuerza un deporte en el que no figuramos?, lo más probable. Lo vemos a diario en los kioscos. Las frases típicas, que, me permito decir, son mediocres: "Sí se puede", "Ganamos 0 a 0", "Grande Reymond", "Gran Clásico", etc, etc. Como si fuéramos de los grandes. Hay que pisar tierra.
No escribo con el hígado, lo hago con sentimiento, como peruano orgulloso de mi tierra, al ver fracaso tras fracaso, actitudes sombrías y apoyo constante de la hinchada sin sentido. La pena es grande, el sentimiento también. Recitar poemas, cantar Perú Campeón, vivir del pasado. Dios mío, ¿qué nos queda?. Ya lo sé, quizá sea parte de la solución, quizá ayude un poco, y lo digo con el corazón: ¡¡Burga vete a la Mierda!!, - disculpen la expresión -
Empatamos con Colombia en casa, algunos quedaron contentos, otros tristes, unos pocos ni vieron el partido. En fútbol estamos divididos. ¿Qué hice yo?, salí a pasear y olvidarme de la selección. Piden apoyo a la hinchada, pero el problema no pasa por ahí, hay muchas cosas que se prestan al análisis. Con Uruguay, se quiere un triunfo, se espera un desastre, ¿cómo será?
Sentado frente al televisor o apoyando en el estadio, el sufrido hincha seguirá alentando, la selección seguirá en lo mismo, pero así es el futbol. Ojo, no soy pesimista, sólo aplico la lógica. Tal vez me equivoque y me trague mis palabras. El futbol peruano está enfermo, sólo la medicina la tienen los once jugadores que saltan a la cancha. Con actitud y corazón no se gana. Háganlo con talento, trabajo en equipo, estrategia y organización. Por favor denme una alegría, déjenme saber lo que mis padres sintieron en México 70.
Sólo me queda decir, que luego de más de 25 años, espero algún día, antes de morir, ver a mi selección en un mundial. No creo que sea tan utópico, sólo es cuestión de un trabajo inteligente, pensado y talentoso. Mientras tanto, sigamos viendo la Eurocopa, el futbol internacional y los mundiales... y pensemos por un momento que estamos ahí con la blanquiroja con los mejores jugadores del mundo.
